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Toda referencia al Che, a Fidel, a la Revolución, a los que ya no están y a toda circunstancia de la historia de Cuba se hará desde la intención de no dañar a nadie y sin tomar partido por nadie. A no ser por la paz, el humor, la justicia, la creatividad placentera, el amor, la libertad de expresión, el arte, los errores que se puedan cometer en las tonterías que se digan y todo lo que pueda conducir al sueño de ver a un país en paz.
Amando una Revolución como hecho para conseguir la libertad, la justicia y la paz para los necesitados de ello, me opongo a cualquier acto criminal, presente o pasado, de maldad, de opresión, de injusticia y sobre todo de asesinato. Todo hombre merece ser respetado por sus ideas y sus hechos, máxime si son nobles y altruistas. Pero si para ello, emplea las mismas armas contra las que lucha (asesinato, siembra de terror e injusticia), la causa, no justifica los medios; tanto más que el medio corrompe la causa. Héroe y asesino, las dos caras de la falsa moneda que todo héroe es; Moneda que dejas llorando de tristeza por la perdida de algo querido, (no el hombre que fue, no el criminal si lo fue, no el Nombre de Nadie, no la mano que empuñó el arma; solo la figura que nos acompañó como símbolo de una lucha justa por los demás y que hacía pensar lo bonito que es ser de los buenos). Sí¡¡ a la justicia, pero no¡¡ a los muertos; no mas héroes; viva Cuba Libre para todos. Menos mal que siempre nos quedará John Lennon armado con la guitarra y la armónica.
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